Gozad del precioso reportaje que hicieron durante su visita y del hermoso texto que Mónica ha escrito sobre su experiencia en nuestra masía. Gracias familia, os esperamos muuuy pronto!
Huir. Hace días que queremos refugiarnos en la naturaleza y sentir nuestros pasos sobre la tierra mojada. Pasear entre bosques y al anochecer volver al calor de una acogedora casita, descalzarnos y no hacer nada más que jugar con nuestra pequeña Alma. Sentarnos a leer cuentos, mirarnos y respirar plenamente viviendo el momento al máximo.
De eso se trata este fin de semana, acogidos por la encantadora familia de la Garriga de Castelladral, hemos dejado el trabajo y las obligaciones en algún punto de la carretera, y nos hemos entregado a sus campos, sus caminos, su comida. Y hemos sido mecidos como un bebé en su cuna, arropados en una cama que olía a flores silvestres. Alma se ha dormido mientras cogíamos ramilletes de tomillo y yo le cantaba una nana al oído.
Lejos queda el ruido, los coches, la polución. La paz y la serenidad se ha apoderado de nosotros como una ola gigante que te arrastra hacia el océano, y nosotros nos hemos dejado llevar encantados a este sitio mágico dónde encuentras más de lo que te cuentan. Mucho más. Porque la serenidad de las personas que lo habitan lo envuelve de un halo mágico, de cuento, del que no querrías despertar nunca.
Volveremos pronto, a sentir la naturaleza en estado puro y a acurrucarnos juntos bajo las sábanas. A descansar y a coger fuerzas. A soñar con una vida en el campo, una utopia más cercana ahora que nos hemos reencontrado, a nosotros mismos y con esa vibración de la naturaleza que despierta en nosotros una llamada ancestral que nos hace sentir más vivos, más capaces, más unidos, más personas. Gracias!
Lugar: La Garriga de Castelladral
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